Venta de fincas rústicas en Mallorca: ¿cuáles son las mejores zonas para vivir?

Baleares, con sus tres islas -Mallorca, Ibiza, Menorca- es un destino turístico muy apreciado en Europa. Si adquieres una finca rústica en Mallorca pertenecerás a este grupo de privilegiados que entra en una dimensión distinta de Mallorca, de sabor auténticamente mediterráneo donde los pequeños detalles cobran un valor inusitado y la simple experiencia de contemplar una puesta de sol, una charla con un marinero te concede una riqueza extraordinaria.
Hablamos de esos lugares mágicos que no aparecen en los paquetes turísticos. Otros, en cambio, gracias al boca a boca, ganaron protagonismo. Son las calas. Si bien hay épocas del año en que se pueden visitar tranquilamente. Otras que se ven desbordadas de gente. Hagamos un breve repaso a algunas de estos lugares que por sí solos ya merecen el viaje a Mallorca.
Calas de las que nunca querrás marcharte
La mayoría de estas calas son pequeños rincones a los que se llegan a través de rústicos senderos y se encuentran encajonados entre peñascos que les dan al espacio una imagen salvaje y arisca.
Cala Es Trenc
Situada al sur de Mallorca, cerca de la colonia de Sant Jordi, pertenece a la localidad de Campos y sus dunas, pinares y salinas la convierten en un lugar diferente. Maravilloso su mirador de aves.
Playa de Alcudia
Nos trasladamos al noreste de la isla de Mallorca. Tiene un pasado romano visible en sus ruinas y de indudable belleza. Es una belleza matizada y suave como el carácter de sus habitantes. Las aguas de este rincón son amables y de un azul prístino, ideal para las ensoñaciones. Alcudia es uno de los tesoros de la isla que hay que recorrer sin guías, dejándonos llevar por el aire fresco y el aroma salitroso de la costa.
Sa Calobra
Viajemos al oeste de Mallorca, a la Sierra de la Tramontana, donde un torrente desemboca en el Mediterráneo y forma la cala de Sa Calobra. Por lo tanto, un espacio salvaje, natural que ofrece en estado primitivo la belleza, sin filtros. Senderos agrestes, pinares, un espectáculo para los moradores de las ciudades. Y para quien ama los parajes solitarios. En la llamada costa norte hay varios destinos que no se pueden perder: Deia, el pueblo de los artistas y Valldemosa, donde Chopin y George Sand disfrutaron del amor apasionado.
Cala D’Or
En la parte suroriental, se encuentra Santanyí, pueblo de una belleza adusta y silenciosa. Con multitud de calas que salpican toda la costa de este municipio, de arena blanca y aguas cálidas y cristalinas, se ha convertido en un espacio ideal para dar relajantes paseos en barco. Una excelente idea para conocer la magia de esta isla es comprarte una finca rústica en Mallorca
Unirse a la discusión